Era un día caluroso y un Zorro caminaba pro los campos. De pronto llegó a un viñedo. Cuando se acercó alcanzó a ver algunos racimos de jugosas uvas.
El Zorro observó atentamente a su alrededor. Quería asegurarse que estaba a salvo de los cazadores. Y decidió robarse algunas antes de que alguien se acercara.
Dio un salto pero no logró alcanzar las uvas. Nuevamente saltó lo más alto que pudo. Aún así no pudo alcanzarlas. ¡Las uvas estaban demasiado altas para él!
No estaba dispuesto a ceder. Retrocedió, tomó cierto impulso y pegó un salto en el aire hacia las uvas. Nuevamente no logró alcanzarlas.
Estaba oscureciendo y estaba disgustado. Sus patas le dolían con tantas corridas y saltos. Finalmente dejó de intentarlo.
Mientras se marchaba, se decía: "Realmente no me interesan esas uvas. Estoy seguro que están muy ácidas para comer".
ENSEÑANZA
No descalifiquemos ni traslademos la culpa a los demás de todo aquello que no podemos alcanzar.