Fábula: El Lobo y El Cordero


Cierto día un Cordero se encontraba pastando con un rebaño de ovejas. Pronto encontró pasto tierno en un extremo del campo. Y de ese modo se fue apartando del resto.

Estaba disfrutando tanto que no advirtió que un Lobo se le acercaba. Sin embargo cuando éste se le abalanzó fue rápida para suplicarle: "Por favor, no me comas aún. Mi estómago está repleto de pasto. Si aguardas un poco, tendré mucho mejor sabor".

El Lobo pensó que era una buena idea de modo que se sentó a esperar. Al cabo de un rato el Cordero dijo, "Si me dejas bailar, podre digerir más rápido el pasto de mi estómago". Nuevamente el Lobo estuvo de acuerdo.

Mientras el Cordero bailaba tuvo otra brillante idea.
Le dijo, "Por favor, toma la campana de mi cuello. Si la haces sonar con todas tus fuerzas podré bailar aún más rápido".

El Lobo tomó la campana y la hizo sonar con todas sus fuerzas. El pastor oyó el sonido y rápidamente envió a sus perros en busca del Cordero perdido. Los ladridos ahuyentaron al Lobo y le salvaron la vida al Cordero.

ENSEÑANZA
Los mansos y débiles suelen ser más hábiles que los feroces y fuertes.

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